martes, 22 de marzo de 2016

8.- CIUDAD RODRIGO-CRUCE DE SERRADILLAS

8.- CIUDAD RODRIGO-CRUCE DE SERRADILLAS (20-03-2016 13 KM.)



                Algo accidentada la desición de donde ir corriendo este domingo. Todo estaba preparado para ir a Campillo de Azaba por la Cañada que transcurre a partir del Campo de Tiro, más conocido como interpeñas o piscinas. Durante el sábado yo advertí que las previsiones meteorológicas vaticinaban lluvias al 100 %, aun así y haciendo caso omiso a mi solicitud de realizar un recorrido más cercano al casco urbano, Yayo, apoyado por Angel, en un erre que erre incomprensible deciden ir de todos modos a Campillo. Como siempre, llego primero a las 10 a la puerta de Quique, seguido de Yayo (Yacky ya estaba dando la brasa para salir), llega Javi y sale Quique. El cielo está muy nublado con nubarrones oscuros. El último en llegar es Angel y aquí empieza el follón. Se le ha metido en la cabeza que va a hacer tormenta  (cosa improbable porque es lo que yo hubiese presentido nada más salir de casa si fuese cierto, ¡huelo a distancia las tormentas!) y que ésta va a caer justo en Campillo. Nos confiesa que él va lloviendo al fin del mundo, pero con tormenta como que no. Lo tanquilizo y le ayudo a convencer a los demás de que vayamos por otra parte, así evitaríamos  la tormenta tan temida por Angel. Por fin chupando el dedo y levantándolo al aire, indico que la mejor zona es ir por la carretera de Sanjuanejo, momento en el que Yayo marca como meta el cruce de las Serradillas (en este momento Angel vio la luz).

Modo de usar el dedo (hay que chuparlo primero) para predicciones meteorológicas.

           Esta ruta para mi ya es conocida, he ido  tres veces hasta Serradilla del Arroyo, la carretera hasta la Caridad ya la conocemos todos, el infierno comienza a partir de Cantarranas, no le digo a Javi la verdad del recorrido para no hundirlo, le animo diciéndole que es un taryecto sencillo.

Salimos todos juntos a un ritmo tranquilo, el pelotón se deshace al bajar la primero puentecilla, ya se adelantan Quique, Angel y Yayo. Javi y yo vamos atrás pero de momento hablando y con respiración relajada. A la altura de la deshidratadora veo que Quique da la vuelta a buscarnos, le digo a voces que no hace falta, que ya llevo yo a Javi, aun así viene hacia nosotros y nos enseña una zorra (vulpes vulpes) muerta en la cuneta. Seguimos tranquilamente disfrutando de la carrera y comenzamos a subir la cuesta de la Caridad (aquí termina la respiración relajada y comienzan  los escupitajos), Javi se queda un poquito rescolgado y lo espero. Volvemos a juntarnos todos al llegar al cruce de Sanjuanejo con la carretera de Serradilla. Ahora continuamos juntos, divisamos a lo lejos el primer peligro y susto del día, un mastín al lado de la carretera y con la portera de la finca abierta. Pido a todos que no agrupemos pues así el mastín verá bulto y se pensará dos veces el atacar, aparte de que hay más probabilidades de librarte. 
Mastín pensado que hacer

Les digo que pasemos en silencio para no alborotarle, pero incomprensiblemente angelito empieza a saltar azuzando, gritando y llamando al perro, nos pone a todos nerviosos porque el perro hizo el amago de tirarse a por nosotros y morder al último (nos lo rifaríamos Javi o yo). Por fin  Angel se tranquiliza y lo vamos dejando atrás. Llegamos bien al Km. 6 que se encuentra en Cantarranas, las sensaciones son buenas y la temperatura ideal para correr.  Ahora toca  bajada hasta cruzar el regato y una pequeña ascensión hasta llegar a la portera de la Finca la Jiera. En este momento, que angelito ya se ha envalentonado al ver que no habrá tormenta, quiere cambiar la ruta y llevarnos a través de la finca, a lo que me niego y sigo corriendo por la carretera, todos me siguen y así abortamos el intento de intorducirnos en los peligros del campo abierto. Estamos llegando a lo difícil de la carrera, toda la carretera es una considerable ascesnsión, turnándose con falsos llanos, voy un poco desfallecido pero saco fuerzas y sigo adelante. Yayo y Angel delante y Quique, Javi y  yo detrás. Ahora llevamos a la derecha cerdos y a la izquierda novillos bravos. Le da un segundo arrebato a Angel y comienza a incitar a los novillos, en esta ocasión los espanta con sus voces, me siento aliviado al ver que se alejan. 
   Nos encontramos a unos metros de comenzar la subida de  las cuestas de Macarro (esto ya son palabras mayores unos 3 km. de ascensión), nos dejan a Javi y a mí para que subamos a nuestro aire y a ellos tres les perdemos la vista en la primera curva de la subida. Javi me deja atrás ya que yo voy lesionado de un tobillo, aun así nunca le pierdo de vista. Al reducir la velocidad, me da tiempo a ir buscando amparos en caso de ataque de algún animal, visulizo los mejores árboles para subirme, descarto las alambradas porque son de espinos... Subimos rampas de hasta un 9% de inclinación, hay momentos en que echo a andar, pero aprieto lo que puedo y continuo corriendo. Por fin diviso la cima, me vengo arriba y llego esprintando a gran velocidad al cruce donde ha llegado ya el resto. El tiempo de carrera: 1 hora y 20 minutos Conseguido. Quique y yo nos encontramos bien y comenzamos a correr ahora en dirección Ciudad Rodrigo, hasta encontrarnos con Alejandro, que ha venido desde Burgos a buscarnos. Colocamos a Javi en el asiento delantero con Ale par compensar el coche y regresamos a Ciudad Rodrigo. Así lo he corrido y así se lo he contado.


La élite (que cuerpos, por Dios)


martes, 15 de marzo de 2016

7.- PARADINAS-CASTILLEJO MARTIN VIEJO (13-03-2016 13 km.)



        Para la salida de este domingo, Yayo ha elegido camino de tierra entre Paradinas de Abajo y Castillejo Martín Viejo, para mí resulta un recorrido desconocido. Quedamos como siempre a las 10 en casa de Quique. Hay que ir en coche hasta Sancti Spíritus y de allí a Paradinas. En esta ocasión salimos Yayo, Bego, Javi Sardi, Quique y yo ya que Angel se cae de la lista porque le apetece más montar estanterías del IKEA. Una hora antes ha salido Paquito andando hacia Castillejo, él por carretera. Bueno, pues llegamos a Paradinas y ya empieza a resultar un poco peligrosa la salida,  somos recibidos por un perro que no tenía muy buena pinta, me toca a mí espantarlo para poder comenzar la carrera con tranquilidad. Una vez que el perro ha salido huyendo y nuestros relojes han cogido el satélite correspondiente, comenzamos a correr despacito, vamos agrupados el primer kilómetro. El camino transcurre entre fincas de encinas y robles, a veces salpicadas por enormes alcornoques, la verdad que el paisaje que nos acompaña merece la pena. La carrera se va estropeando a medida que avanzamos ya que empiezo a divisar especímenes del gando vacuno que apuntan a bravura. Ahora mis sentidos, aparte de en mis piernas que a medida que avanzamos van más cansadas,  se cansan mi vista y mi oído ya que oigo y veo vacas y toros por todos los lados. Estamos rodeados.
Muestra del ganado que se movía a nuestro lado


 A medida que avanzamos en nuestro recorrido, el camino se convierte en un gran tobogán, subimos cuestas de considerable inclinación, pero a continuación  siempre viene un bajada que nos permite recuperar. En los 5 primeros kms se han adelantado Bego y Yayo, por detrás quedamos Javi y yo  y Quique que va a nuestro ritmo. Yo disminuyo un poco ya que Javi se va quejando de los tobillos.



Sobre el kilómetro 8, la carrera sigue de igual manera, ahora es Yayo el que se queda con nosotros y Quique continua delante con Bego. Entramos en la parte de la carrera más peligrosa, ya que llegamos a una finca a la que se accede a  través de una portera canadiense, esto significa que el camino continua sin alambrados laterales, es decir sin protección. Vigilo atentamente a los dos lados del camino pues todo está lleno de jaras y matorrales, escondite perfecto para cualquier vaca o toro que puede pillarnos desprevenidos, ésto lo aprovecha Javi y se adelanta unos metros, ahora cierro yo el grupo siempre acompañado de Quique o Yayo.


Se endurecen las cuestas, Yayo marca como fin de las mismas una torre de alta tensión que a mí me hunde, ya que parece que está muy lejos y muy alta. Comienza una ascensión muy fuerte, aprieta el calor y yo los dientes. Quedo solo atrás pero siempre viendo a los demás. Nunca los pierdo de vista. Por fin la cima y la dichosa torreta, ésta marca un descenso (falso descenso, pues a mi me cuesta mucho recorrerlo) ya con Castillejo a la vista. Cada vez más cerca el pueblo pero se me hace interminable. Sorprendentemente, quedando unos 600 metros me vengo arriba y dejo atrás a Quique y sobrepaso a Javi como una exhalación, continuo con mi sprint hasta alcanzar a Bego y a Yayo que ya han llegado a la meta marcada.

Momento en el que dejé atras a Quique y a Javi

Por fin en el pueblo, hemos corrido a buen ritmo, una hora y 15 minutos, buenas sensaciones tras el esfuerzo tremendo. Ya en el bar (punto de encuentro con Dani, Sonsoles y Nilo que han venido a buscarnos) nos espera Paquito. Damos cuenta a un refresco fresquito acompañado de pinchos típicos de Castillejo: Morros, oreja rebozada, huevos con farinato, jeta... conseguido.